sábado, 26 de septiembre de 2015

Elche - Cueva de San Pascual (Orito)

    Iniciamos esta ruta a las 00:15 del sábado 26 de Septiembre de 2015 en las puertas de la oficina de turismo de Elche, junto al magnífico mosaico de nuestra Dama. Teníamos pendiente esta actividad, ya que no pudimos realizarla en su fecha natural, el 17 de mayo, para celebrar la festividad de San Pascual, y habíamos decidido hacerla de ida y vuelta y nocturna, así que tuvimos que cuadrar un fin de semana que tuviese muy cerca una luna llena para que el viaje nos fuese iluminado por ella. Y así lo hicimos, con una temperatura muy agradable, la luna casi llena y una buena previsión meteorológica nos pusimos en camino.


    Como curiosidad, a los dos días de hacer esta ruta tuvo lugar un eclipse total de luna, pero aseguramos que no tiene nada que ver con que hiciésemos nosotros esta ruta unos días antes...

    Nada mas abandonar la ciudad, y los ladridos incansables de los numerosos perros que se encuentran guardando las casas de campo que nos vamos encontrando en el camino, la marcha se hace muy agradable, donde el silencio acompaña a la noche y nos permite recordar las veces que hemos recorrido este camino con anterioridad, aunque siempre lo hicimos de día y solo el trayecto de ida, volviendo en coches que habiamos dejado en Orito la noche anterior.

    Y de repente, sin darnos cuenta, ya nos encontrábamos junto a la Virgen del Corredor. Hacemos algunas fotos y continuamos la marcha. Nos llama mucho la atención la cantidad de bolsas de plástico que hay esparcidas por las sierras que están próximas a un vertedero, y comentamos la necesidad de eliminar estas atrocidades de nuestros montes, entre las bolsas y los olores, intentamos pasar este tramo lo antes posible.

    Una vez pasado por delante de la cantera de Santa María, y tras pasar a la vertiente de Monforte del Cid, comenzamos a caminar entre viñedos. Extensiones enormes llenas de racimos de uva embolsada, y vemos como agricultores se encuentran haciendo labores de riego a esas horas. Comentamos lo sacrificado que es ese trabajo y continuamos nuestro camino. Al poco nos alcanza un vehículo de la policía local de Monforte del Cid y nos pregunta hacia donde vamos, tras explicarles que vamos en peregrinación a la Cueva de San Pascual en Orito, continuan su camino. El campo está lleno de uva y los trabajos de seguridad de este cuerpo son muy importantes para todos los agricultores. Nosotros seguimos caminando bajo la luz de la Luna...

    Ya llegamos a la autovía, y andamos paralelos a ésta hasta que nos encontramos con una de las partes mas divertidas de todas, el famoso y esperado tobogán, que siempre arranca mas de una risa y nos ahorra unos pocos metros de asfalto.

    Continuamos por la carretera comarcal hasta que vemos ya las indicaciones de subida a la cueva, y empezamos a atravesar las urbanizaciones que allí existen, hasta que nos enfrentamos a la temida cuesta. Lo bueno de hacer esta ruta de noche es que el sol no ha podido fatigarnos, por lo que la afrontamos con decisión y en muy poco tiempo nos encontramos junto a la Cueva. Primera parte de la ruta completada. Nos abrigamos y entramos a ver a San Pascual.

    Son las 4:00 de la mañana, y nos sentamos junto al Santo para almorzar, reponer fuerzas y líquidos. Lo tomamos con calma, ya que sabemos lo que todavía nos espera, así que estamos allí una hora entera que se nos pasa casi sin darnos cuenta.

   Este año es Jubilar según el cartel que había colgado en la puerta de la cueva, hacemos fotos de este cartel, de nosotros en la cueva y de las señalizaciones del camino de Santiago del Sureste y proseguimos nuestra marcha.

    En lugar de volver por el camino que habíamos venido, hacemos la etapa Elche-Orito del camino del Sureste, pero en dirección contraria, que fue inaugurada el 18 de abril de 2015. Este recorrido, según nuestro criterio, reúne menos condiciones que el que hemos seguido para llegar a la cueva. Estuvimos replanteándonos el modo de hacer el próximo año un tramo del Camino Francés a Santiago, y enfrascados en la conversación, viendo señales y monolitos del Camino, nos sorprendió un bellísimo amanecer.

    Un poco antes de las 8:00 comenzamos a ver grupos de ciclistas de montaña, senderistas y corredores de montaña, pero un poco antes de las 9:00, y ya muy cerca de Elche, tuvimos una importante revelación. Casi sin darnos cuenta, enfrascados en nuestros pensamientos, intentando mitigar el dolor de todas las articulaciones del cuerpo, y con algún que otro saludo a la multitud de gente se salia a esas horas a practicar deporte, estábamos a punto de finalizar nuestro periplo. Y según teníamos planificado debíamos terminar como se merece una gesta de este tipo, con un magnífico bocadillo de atún, tomate y anchoas del Bar Villalobos, pero teníamos dudas sobre la hora a la que abria nuestro amigo Vicente Villalobos, no sabíamos si era a las 9:00 o a las 9:30, así que aflojamos un poco el paso para no llegar antes que él y tener que ayudarle a levantar la persiana, ya que no estábamos para jotas a esas horas. El caso es que llegamos a las 9:20 y acababan de abrir, así que dimos barra libre a nuestros estómagos y reposo a nuestros cuerpos.

    Coincidimos con nuestros amigos Fran Rico y Antonio Albolafio que también almorzaron allí, y la verdad es que el bocadillo obró el milagro. Cuando terminamos nos levantamos como si no hubiésemos andado nada durante toda la noche, o algo asi... jajaja

sábado, 19 de septiembre de 2015

Pinoso PR-CV 3

    Hoy hemos decidido hacer el PR-CV 3 circular con salida en Pinoso. Queremos hacer una ruta un poco mas larga que las anteriores, ya que para la semana próxima tenemos previsto hacer una de mas de 30 kilómetros, así que nos decimios por esta que con sus 18 kilómetros nos servirá de entrenamiento.

    Comenzamos en la población de Pinoso, y a los pocos minutos ya estamos andando entre viñedos. En esta época empieza la vendimia, así que hemos tenido mucha suerte al poder ver todavía los racimos colgando, dando un color increible al paisaje que podemos ver.

    Tras andar un buen rato, nos encontramos con la primera señalización del PR, hasta llegar a este punto, el tramo recorrido es común tanto para la ida como para la vuelta, y es desde aquí, cuando empezamos una ruta circular. Seguimos la marcha dirección al Aula de la Naturaleza Monte Coto. Hasta este punto hemos ido llaneando todo el camino, pero es aquí donde empezamos a tomar altura, así que nos ponemos a la faena, y al poco tiempo nos sorprente un espectáculo dantesco, después de una revuelta del camino, nos encontramos frente a nosotros un montón de canteras que literalmente están devorando las sierras. Se nos cae el alma al suelo, y la tristeza nos lleva a preguntarnos cómo se pueden destruir, de una forma tan simple, nuestros entornos mas bonitos...

    Seguimos un largo tramo viendo estas horribles canteras, hasta que nos encontramos una señal de tráfico que nos llama muchísimo la atención, nunca la habíamos visto antes, y entre risas nos ponemos a fotografiarla. Continuamos un poco y vemos un pequeño colector de agua que rebosa en un mini estanque, y mas señales de precaución por el paso de anfibios. Buscamos alrededor de este estanque y no vemos señanes de estos anuros. ¿Habrán preparado este pequeño hábitat para promocionar la visita de estos animalillos?

    Ya nos queda poco para llegar al área recreativa, así que no nos demoramos mucho aquí, y al poco vemos los carteles que nos indican que tenemos que desviarnos a la derecha para ver las instalaciones del área recreativa.

    Vemos un merendero, con servicios, mesas, e incluso un refugio que en esta época del año estaba cerrado. Había un par de grupos de senderista almorzando en esta zona, nosotros decidimos aplazar esta parada hasta haber superado la máxima altitud de esta ruta, así que sin demorarnos mucho, proseguimos la marcha, ahora mucho mas empinada.

    Al ir tomando altura, y echando la vista atrás, podemos admirar la cantidad de vegetación que tienen estas montañas, y eso nos llena de alegría, siempre es bonito quedarte perplejo admirando la grandiosidad y sencillez del bosque. Y si algo nos sorprende en este viaje, es sin duda la cantidad de tomillo que nos encontramos. En las sierras de Elche es muy difícil verlo, y aquí parece que está por todas partes, así que continuamos ascendiendo acompañados de este aroma que tantos recuerdos nos trae hasta llegar a las ruinas de un cortijo bien grande. Desde aquí tomamos un poco de aire y disfrutamos del paisaje, incluso mirando a través de alguna de las ventanas del recuerdo...

    Casi llegando a la cota mas alta de nuestra ruta nos encontramos con un depósito de agua contra incendios, y nos sorprende la advertencia de que está prohibido bañarse en él...

    Dejamos el depósito y en seguida paramos a almorzar. Restos de latas de conservas, canteras en los montes frente a nosotros... la verdad es que reflexionamos sobre todo esto y nos parece una locura. Así que rápidamente nos ponemos en camino, y ahora nos toca bajar siempre por caminos muy bien señalizados y muy cómodos.


    Cuando llegamos a las Encebras nos encontramos una fuente que nos anima a meter la cabeza bajo ella, y así lo hacemos. Hay que ver cómo reconforta un buen caño de agua limpia y fresca resbalando por la nuca, es una de esas cosas mágicas que no se pueden expresar con palabras. Fotografiamos la iglesia de este lugar y proseguimos el caminar. De repente nos encontramos un relog de sol en una construcción y comprobamos que sigue estando en hora...

    Recorriedo el tramo que habíamos hecho al principio de esta ruta llegamos al coche, con los pies y las rodillas muy castigados. Comentamos la cantidad de asfalto que hemos pisado, calculamos que mas de dos terceras partes de la ruta se efectúa por carretera, y esta circunstancia se convierte en muy fatigosa, por lo que creemos que no volveremos a repetir este PR. Para nosotros esta ruta no ofrece nada tan especial que compense lo aburrido de andar tantos kilómetros por asfalto. Lo siento por Pinoso pero a andar no volveremos, eso sí, que nos esperen para la celebración del Villazgo como todos los años ¡¡¡



sábado, 12 de septiembre de 2015

Alcoy - Menejador

    Hoy nos desplazamos hasta la localidad de Alcoy para realizar nuestra ruta por el Parque Natural del Carrascar de la Font Roja. Dejamos el coche en la zona de aparcamiento junto al santuario, y comenzamos a subir por la ruta amarilla que está señalizada en este Parque Natural.

Carbonera
    El espacio es encantador, y muy bien cuidado, con el sendero perféctamente consolidado y muy limpio. Después de pasar por la Cova Gelada, nos encontramos con la reconstrucción de un horno para realizar cal, así como una carbonera. Con estas construcciones y paneles informativos, nos recuerdan el pasado de esta zona, y la forma que tenían nuestros antepasados de ganarse la vida.

Horno de Cal
    Continuamos camino arriba y el espectáculo es increible, la abundancia de carrascas sobrecoje, llenas de líquenes debido a la cantidad de humedad que hay en esta cara de la montaña.

    Nos encontramos un mirador y aprovechamos la ocasión para tomar aliento y disfrutar de las hermosas vistas que nos muestra el valle, aun con niebla y amenazando lluvia. Unas vistas majestuosas que nos reconfortan.

    Seguimos subiendo y al poco nos encontramos con las ruinas de una masía, que según leemos en los restos de lo que alguna vez fue un cartel interpretativo de esta construcción, estaba dedicada a la producción de vino, encontrándose en el interior restos de los lagares y bodegas que no nos acercamos a comprobar.

    Al poco de seguir por nuestro camino, y tras una curva muy cerrada, nos aparece ante la vista lo que queda de un impresionante nevero, huella que ha quedado en la montaña de esta industria tan importante para la zona en épocas pretéritas. Nos acercamos a ver su interior, y la altura que tiene nos impresiona, pero no tanto como para que no podamos hacerle alguna fotografía.

    Viendo esta construcción nos viene a la cabeza el gran esfuerzo que realizaban nuestros antepasados para ganarse la vida, bien incinerando piedras en el horno para la elaboración de cal, bien recogiendo leña de todo el monte para posteriormente quemarlas en carboneras y comercializar el carbón, o bien recogiendo nieve y prensándola en los neveros, en las épocas mas duras del año, para después abastecer de hielo a las poblaciones vecinas durante el resto del año. Cuanto esfuerzo y que vida tan fácil tenemos ahora, aunque algunos se empeñen en complicarla...

Que alegria da hacer cumbre ¡¡¡

    Según dejamos este nevero, y tras ver que la ruta amarilla que estamos siguiendo es bastante corta, decidimos subir a otra cumbre de esta sierra, así que abandonamos el sendero y nos dirijimos a la cumbre de la Teixereta. Vamos cresteando muy cómodamente por un paisaje con algo menos de vegetación, ya se nota la altitud, y podemos apreciar cómo las especies que no se adaptan a esta altura se quedan bajo nosotros, y nos aparecen otras especies nuevas.

    Al poco vemos la cumbre de la Teixereta y nos sorprende mucho el belén que tienen montado los montañeros de IBI. Además hay colocada una cruz y una pequeña caseta donde hay un libro de firmas para que todos los que pasen por aquí puedan dejar constancia de la visita. Compartimos un momento las vistas y unas cuantas sonrisas recordando alguno de los pasos que hemos tenido que realizar, algo expuestos, hasta llegar aquí, y volvemos al mismo punto donde abandonamos la ruta amarilla para seguir por ella dirección a la cumbre que queremos coronar hoy.

    Continuamos una leve ascensión hasta la base de nuestra meta, donde podemos ver un depósito de agua para las tareas contra-incendio, y afrontamos la última subida, algo pronunciada, pero casi ya tocando cumbre. Dejamos de momento la visita de las instalaciones que nos encontramos para después y nos dirigimos directamente hacia la cumbre del Menejador. Y ahí la tenemos, un poco alta, pero la tocamos. Otra cumbre conseguida, el Menejador con sus 1352 metros de altitud ¡¡¡

    Volvemos al observatorio forestal que hemos visto antes para almorzar allí, y por el camino nos encontramos elementos para las mediciones meteorológicas actuales y del pasado.


















    Tras un breve descanso distrutando de las vistas, nos ponemos manos a la obra e iniciamos el descenso por una senda muy vertical que en pocos minutos nos deja junto a la carbonera por la que habíamos pasado. A mitad de descenso nos hacemos alguna foto en otro mirador que nos encontramos, y rápidamente llegamos al santuario.

    Hemos estado todo el descenso hablando del remojón en la cabeza que vamos a darnos cuando lleguemos a la Font Roja, y cual es nuestra sorpresa cuando llegamos a la fuente y no sale ni gota ¡¡¡¡. Que gran decepción.

    Entramos en lo que fue el monasterio, ahora convertido en aula de la naturaleza y oficinas del PN, y nos hacemos una simpática fotografía con el guarda del parque. Encima de la fuente en la plaza, junto a la iglesia que fue construida en 1891, aparece la virgen de los Lirios, patrona de Alcoy. También nos llama mucho la atención una placa junto a la entrada de la iglesia, que atestigua hasta que altura llegó una nevada. Encontramos unos azulejos con una cita de Gabriel Miro situada en el mirador sobre el abismo del barranco del infierno.

    Después de visitar todo esto, y tras haber visto frustada nuestra intención de refrescarnos en la fuente, decidimos hacerlo al estilo clásico, así que nos acercamos al bar que hay junto al monasterio y nos pedimos dos tercios de cerveza. En la puerta del bar hay una carta y ponen unos menús a 18 euros que tienen muy buena pinta, pero al ir a pagar los dos tercios, nos cobran 5 euros ¡¡¡¡. A 2'50 cada tercio ¡¡¡¡¡¡. La verdad es que lo disfrutamos muchísimo, y estaba bien fresquito, pero el precio un poco abusivo, no creeis?

    En fin, una ruta muy divertida, con muy buenas vistas y nivel técnico bajo.  Subimos al coche y hasta la próxima semana...


sábado, 5 de septiembre de 2015

Hondón de las Nieves - La Vella

    Hoy hemos decidido subir a la Vella, la cumbre mas alta de la sierra de crevillente, que con sus 835 metros de altitud se impone ante nuestra mirada.
 
    Iniciamos la ascensión desde el antiguo matadero del Hondón de las Nieves, hoy convertido en museo municipal, no sabemos de qué, ya que estaba cerrado y no se veía absolutamente nada en su interior. Desde esta población tenemos una ascensión mas suave que la que tendríamos que hacer desde la vertiente sur de la montaña, y además subimos por la umbría, lo que nos proporciona una sombra y un frescor muy agradable para el arranque de esta ruta.

    Según vamos cogiendo altitud vemos una serie de canteras en la zona de los Hondones, la destrucción de las montañas está presente en muchas de nuestras rutas, explotación sin límite de los recursos naturales que nos apenan el alma y nos deja un amargo sabor de boca...

   Llegando al cordal de esta sierra se puede apreciar claramente que el verdor de los pinos y la vegetación de la vertiente norte nada tiene que ver con la cara sur, que está completamente limpia de arbolado y llena de matorral.

    Desde este punto podemos ver al norte los Hondones y sus canteras..., y al sur un espectáculo increible: además de ver el pantano de Crevillente, nos encontramos con el Parque Natural del Hondo y el mar al fondo, llegando a ver desde la costa de Alicante hasta la de Guardamar del Segura. Estas vistas, que te sorprenden al final de una larga y costosa ascensión, son las que te dan el ánimo para seguir caminando, y las únicas que te calman el ansia de volver a la montaña sufriendo durante toda la semana. Estas pequeñas cosas son las que te taladran el corazón llegando hasta lo mas hondo. Éstos son sentimientos difíciles de compartir con aquel que no lo ha probado, tan grandes que se hace dificil de explicar. Montaña en esencia pura.

    Un poco mas adelante nos encontramos uno de los carteles que señalizan la ruta que estamos siguiendo, "el guía" comprueba la ruta por si algún dato está equivocado y continuamos hacia la cima que se encuentra a tan solo 300 metros.

    En todas nuestras salidas vamos con un PMR apoyando la Iniciativa Canal 7 Subtono 7 para Seguridad en Montaña, con este simple gesto ayudamos a hacer las montañas mas seguras.

    Un poco antes de llegar a la cumbre pasamos cerca de una estación meteorológica, y nos es imposible pasar de largo sin hacernos una foto junto a ella, foto que nos hacemos recordando anécdotas con "el Peix", gran entendido sobre la meteorología en Elche que tantos grandes momentos nos ha dejado.

    Seguimos la marcha y hacemos cumbre como no podría ser de otro modo subiendo al monolito que marca el vértice geodésico de la Vella. Desde la cima nos recreamos en los paisajes, y damos rienda suelta a nuestra imaginación.  Allí nos encontramos con una espectacular rosa de los vientos grabada en piedra con el esquema de todas las montañas que se ven desde este punto mirando hacia todos los puntos cardinales. Siempre es divertido identificar otras cimas que has visitado con anterioridad o que están pendientes para ti.

    Es hora ya de dar un poco de tregua a nuestras piernas y satisfacer las peticiones de nuestros estómagos, así que nos disponemos a almorzar junto a las antenas de la cima, y nos sorprende la cantidad de desechos de otros excursionistas/ciclistas que nos encontramos, multitud de pieles de plátano, algún tetrabrick vacio... en fin una auténtica porquera. Nosotros somos de los que piensan que cuando dejas la montaña no tiene que haber quedado ningún rastro de tu paso por ella. Si tu filosofía es dejar las mondas de las manzanas o las pieles de plátano en el monte porque se lo comen lo animales, o sirve de abono, por lo menos lánzalos 10 ó 15 metros fuera de cualquier senda e intenta que quede oculto en los matorrales, así la naturaleza te lo agradecerá y los que vayamos otro día a hacer la misma ruta no nos encontraremos tu basura tirada por cualquier sitio.

    Después de terminar nuestro almuerzo nos despedimos de esta cumbre viendo cómo una senda continúa en dirección al Sant Juri y al Picatxo, nosotros nos damos la vuelta y emprendemos la ruta de vuelta al coche pasando por la casa del Tio Mariano, desde donde alzamos la vista y vemos las antenas de la cima donde almorzamos hace solo unos minutos.

    Durante el descenso nos encontramos multitud de tuberías por todos los sitios, y un montón de balsas que no sabemos para qué son utilizadas, ya que no vemos tanto campo cultivado como para necesitar tanta balsa, pero si están allí alguna lógica tendrá.

    Y al finalizar la ruta, ya en el coche camino de vuelta a casa, nos llevamos la mayor sorpresa del día, vimos este ejemplar tan apetecible¡¡¡
    Fue tan impresionante que paramos el coche para fotografiarlo. Quien lo pillara para estas NAVIDADES ¡¡¡